Corrupción: cuando la inteligencia artificial debe reemplazar al ser
humano
Hoy nadie duda que atravesamos
una de las más serias crisis éticas de los últimos años en el Perú. Los “audios
de la vergüenza”, masificaron lo que era una verdad más grande que Macchu
Picchu, nuestro sistema judicial es CORRUPTO y se muere de impunidad.
Desde los albores de la robótica,
el gran dilema ético era el destino del ser humano reemplazado o destruido por
robots con inteligencia artificial, materia también de innumerables películas
de ciencia ficción.
El supuesto era que no contando
el robot con ética, podría salir de los parámetros de la programación humana.
Hoy, a la luz de los hechos recientes nos preguntamos ¿no era que el ser humano
era el depositario de la ética?, ¿acaso los robot pueden ser más éticos porque siguen
los parámetros de la conducta a seguir, sin ningún otro interés?
Es en este contexto que la
ficción, la realidad y la ética, o la falta de ésta nos aproxima a la
resolución del dilema digital: LA
INTELIGENCIA ARTIFICIAL DEBE REEMPLAZAR A LOS HUMANOS EN UN SISTEMA JUDICIAL GENETICAMENTE
CORRUPTO. ¿Radical?, ¿Fascismo digital?, preguntas abiertas para una realidad
que en mi opinión ES PEOR.
En esferas como la salud, los
recursos humanos o la atención al cliente, las empresas digitales han
desarrollado estrategias de inteligencia artificial capaces de brindar
resultados homogéneos con un procesamiento de información PREDICTIBLE.
La predictibilidad que se pierde
en cada caso que llega a manos de un oficial del sistema judicial porque entran
en juego intereses absolutamente ajenos a la justicia; puede ser recuperado por
la Inteligencia artificial, alimentada por las leyes, casuística y la
jurisprudencia.
¿Quién preferirías que te juzgue; los muchos Hinostrozas que se
agazapan ante la avalancha de denuncias y piensan reaparecer apenas pase el
escándalo o un robot capaz de analizar información e impartir justicia CIEGA?